miércoles, 5 de septiembre de 2007







Porque me une a ti
El desdén de la mañana
Y la brisa que hace apetecible
Unos brazos para evitarla
La pereza de las rocas
Por revocar hacia la nada
Y mis ojos que no son ojos
Y este mal lugar para
Poder nombrarla
Y nuestro terreno acariciado
Por el pelo de una alimaña
El bienestar de agosto
Que es Sabina y más Sabina
El resurgir del invierno
Y la venta de vidas…
Romper el cristal
Con unas tripas que hacen
De eso un corazón
Agosto es una pupila dilatada…
Septiembre… en cambio…
Empieza a guiñarme un ojo!
Cada día y cada noche
Te sigo esperando
Mas de lo que tu me esperaste
Y grito a los lobos que vendrás
Que vendrás a buscarme
Y sufro como un cordero herido
Cuando te simulo en otros corrales
cuando lo único que encuentro
es el centro entre tú y yo…
y cambio de piel cuando
me arrastro por las eras
tras de ti…
cuando como si fuese un sueño
quiero alcanzarte
y encuentro el abismo
como cuando me desnudaste
y ya no era yo…
como cuando te desnudé y
te escondiste para siempre
ahora te quiero a ti en la
piel de otro animal
ladrar hasta deshacer el hastío
volar sobre este pútrido lugar
…….. volar contigo………
Aprovecho la noche para escribir como empecé… en hojas muertas… sin tener muy claro lo que quiero decir… pero sabiendo que quiero decir algo… Federico volvió a llegar tarde… y yo… tan y tan cansada de esperarle me quedé allí parada, deseando su llegada… me daba igual que esta vez tampoco viniese… porque mi cabeza se conformaba con esperarle…
Nunca se lo he contado a nadie… pero espero a Federico desde aquel día… desde aquella noche que bajo la luz de un farolillo le susurre al oído todo mi repertorio… y desde aquel día… no hay otra luz que mas me alumbre que aquella penumbra impenetrable… no hay quien me robe aquella caricia de mi hombro con su cabeza… de su mano con mi brazo…y no hay otro saludo que mas me diga adiós que sus buenas noches… sí! Espero a Federico desde entonces… y desde entonces me di cuenta que amo a Federico… cada noche, después de esperarle con el alma en vilo, la sonrisa cargada y mi libreta entre las manos, pienso en él… y sé que él piensa en mí… Tampoco nadie sabe que el también me ama… una vez, mientras le esperaba… hizo que la luna me guiñase un ojo en señal de su amor… lo admito… amo a Federico…. Aunque el no venga cuando yo le espero, aunque cuando le veo por el día parece que le cambia la cara… y yo le digo con un suspiro… ¡joder Fede! ¿Cómo puedes ver con esos ojos tan cansados?... ¿cómo puedes vivir con esas venas tan asfixiadas?... amor mío… si tu te dejas… yo te ayudo a que esa boca vuelva a ser boca… a que esos ojos vean y a que tus venas dejen de dar quebrantazos por todos los cristales del mundo… pero sólo si tu quieres…