Otra vez la madrugada me acongoja con sus alas negras, esta noche... vuelvo a gritarle al cielo, pero tú sigues sin escucharme... Mis ilusiones son ensueños que van más allá de lo imposible... son como carcajadas espontáneas producidas por la puesta de puestazos... y la espera de tus labios hace de mi un algo sin importancia... y el recuerdo de lo tuyo es como si hoy mismo ya estuviese siendo mañana... algo a lo que meto prisa pero tiene entremedio un inútil hecho... dormir...
Quizá cuando vea el resurgir del día desde cualquier habitación, sola y con la misma postura, pueda entender mil hechos a los que ahora no puedo ponerle nombre... ¡duérmete en mi lamento, aunque tarde o temprano... uno de mis suspiros ahogados acabe dándole intranquilidad a tu quietud velada...