martes, 10 de julio de 2007

...SE DEMANDAN MUERTES...


Hacía miles de días que no salía, bueno, si salía, pero solamente estaba por allí… sin cumplir ninguna función, sin acelerar ningún pulso, ni siquiera, a veces, conseguía notarme el mío… en fin… que mas de dos veces durante esos mil días creí estar muerta.
Nunca intenté nada extraño para salir de aquel estado, no más que soñar… pero ya se sabe… “los sueños, sueños son”… ¡ya lo decía Segismundo!
En mis largas vacaciones hice muchos esfuerzos por dejar de observar, aunque a veces, el amor al trabajo me pudo, en ese tiempo, pude ver cómo la desidia corrompe a unos cuantos y cómo otros mueren por no corromperse. Todos estos cuantos, creían estar acertados con sus métodos para sobrevivir, sin saber, que con aquellas maneras estaban comprando muertes. Pobres imbéciles, ni siquiera se daban cuenta…
Conseguían evadirse con pensar que se estaban ganando el cielo, a veces, las cosas que decían eran un síntoma claro de que unos diminutos bichitos estaban comiendo de sus neuronas y los únicos que ganaban algo eran ellos. Pero no podía avisarles, entre otras razones, yo estaba de vacaciones…
Me acuerdo que vi a una chica vestida de negro, con el pelo todo recogido y la cara blanca. La recuerdo con rabia, se notaba desde lejos que sus ganas por no parecer muerta la estaban matando, pobrecilla… ella no podía saberlo… y recuerdo a otras cientos de chicas delgadas, con las facciones endurecidas y los ojos cerrados, estaban sintiendo la música… ni siquiera podían darse cuenta de que aquella música no les gustaba… pero yo tampoco podía avisarles… y vi al más guapo de los chicos, con un andar acelerado, con las venas cansadas y el corazón inquieto… parecía que buscaba algo, tal vez, igual que los otros, esperase encontrar el cielo…